La música litúrgica en el tiempo de Cuaresma

El próximo miércoles iniciará el tiempo de cuaresma, que
como todos sabemos, se caracteriza por una liturgia sobria, cuyo fin es
invitarnos a la reflexión en torno al camino a la cruz y resurrección de Jesús.
El presente artículo no pretende ser un manual sobre las
cosas que ya conocemos de este tiempo litúrgico, solo comentaremos algunos
elementos que frecuentemente se olvidan o confunden y que en consecuencia
terminan empobreciendo el sentido espiritual propios de la cuaresma.Sin duda, el punto de mayor controversia es el uso de instrumentos pues la iglesia dice que debemos suprimirlos casi por completo, incluso el tradicional órgano tiene restricciones de uso durante este tiempo y más durante el jueves y viernes de la semana Mayor, pero, ¿entendemos por qué? Sucede que en ocasiones los ministerios o cantores, deliberadamente quieren imprimir su estilo dentro de la cuaresma, dar un toque mas festivo, porque desde su perspectiva hay que evitar que las misas sean tristes. Ahora bien, el fin de la sobriedad litúrgica en este tiempo, tiene que ver con el paso de Jesús por el desierto, la iglesia pretende invitar con la austeridad a disponer el corazón a la vivencia de un desierto que resplandecerá en la resurrección. ¿Qué desierto experimentarán los fieles (y por supuesto los músicos) si se sigue tocando con la orquesta completa y el repertorio festivo? En ocasiones, los ministerios toman una postura disímil con la liturgia porque están convencidos que la labor del músico es amenizar la misa, como si esta fuera por naturaleza aburrida.
El músico debe entender que la cuaresma tiene una especial importancia en el año litúrgico, ya que si no se propicia la austeridad y recogimiento que mencionamos, difícilmente se sentirá la llegada de la resurrección.
Mucho se ha hablado sobre el repertorio propio de este tiempo, otro elemento sobre el cual no siempre se está de acuerdo ya que la mayoría de cantos que son propios de este tiempo son desconocidos para casi todas las asambleas y desafortunadamente para los mismos músicos y coristas parroquiales, llama mucho la atención que siendo la cuaresma un tiempo litúrgico más largo que la navidad se conozca menos repertorio de cuaresma que los villancicos que usamos apenas por quince días, si bien tiene mucho que ver la comercialización de la navidad misma, no puede negarse que el papel determinante de los ministerios y encargados de la música en las parroquias de quienes depende que la asamblea entone nuevos cantos y entone mejor.
Pero es claro que el repertorio es un problema porque demanda tiempo de estudio y preparación para componer, ensayar y/o para hacer arreglos, implica abordar los repertorios más tradicionales con toda la atención para ver su belleza y potencial de modo que se puedan hacer arreglos más cercanos a la realidad cultural de la asamblea, pero fieles al tiempo litúrgico, de la misma manera que se necesita invertir tiempo al estudio de los contenidos que debe tener una composición para la cuaresma.
Esta situación devela que la acción
pastoral del ministerio musical será menos fructífera cuanto menos profesional
se crea quien la ejerce, dicho de otra manera, es imposible ampliar el
repertorio para todo el año litúrgico si los actores principales de los ministerios insisten en integrar la labor musical parroquial
en la categoría de pasatiempo.
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